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Prólogo

January 03, 2015 - 733 words - 4 mins Found a typo? Edit me

Del Autor

Este libro es una recopilación de algunas de las breves reflexiones personales que conmigo comparto y que han estado siendo recopiladas durante el transcurso del comienzo de, podríamos decir sin miedo alguno, mi nueva vida emigrando al extranjero, concretamente a Alemania, sin conocer ni hablar en absoluto el idioma y con un nivel bastante limitado del inglés. Afortunadamente, las cosas han cambiado bastante desde entonces.

Este libro nació por sí solo, no es un diario ni tampoco un manual. Es un recopilatorio donde experimentaremos juntos la mente de alguien inconformista que luchó por superarse.

El orden de las reflexiones es por su fecha de escritura; por tanto, podremos apreciar la evolución de las mismas, así como de su prosa y sus distintas expresiones. Abordando diferentes y amplios temas. Es un libro con ideas personales en las que terceras personas ajenas al autor, el cual escribe estas líneas, no tienen por qué sentirse identificadas en modo alguno con el viaje que están a punto de concebir.

Todo este camino no se ha hecho para agradar al lector, sino más bien al escritor. Siéntete, por tanto, invitado a, simplemente, conocerme más de cerca.

De Jesús Valera Reales

El libro que tiene en sus manos es el trabajo de dos años de una de las personas más capacitadas que he conocido y a la que pretendo aspirar más pronto que tarde: mi hermano José María. El motivo real de haber tomado la decisión de escribir este prólogo no es otro que el de poner al lector en situación para que, cuando lea el libro, entienda el contexto de ciertos capítulos.

En el año 2004 y a la edad de treinta y siete años, nuestra madre falleció debido a un derrame cerebral, viéndose mi padre envuelto a cargo de ocho personas —la mayor tenía trece años, José María once y la menor apenas dos meses de edad—. Todos tuvimos que cambiar de colegio y rehacer nuestras vidas.

Tres años más tarde se casó con otra mujer, la cual nos hizo la vida imposible y, tras varias disputas contra nuestra hermana mayor por ver quién era la «mujer de la casa», la mandó a realizar sus estudios universitarios a otra provincia pudiendo haberlos realizado perfectamente en la nuestra. Por orden de edad, su siguiente «objetivo» fue José María.

Con mi padre desbordado por lo que estaba ocurriendo, los enfrentamientos entre ella y nosotros eran cada vez mayores y acabamos relegados —los siete— al garaje del dúplex en el que «vivíamos», cual patio trasero de un castillo. Además, teníamos prohibido por orden y cerrojo subir a donde estaban las habitaciones principales (cocina, salón, baños y dormitorios), salvo cuando fuera la hora de comer o dormir, con todas las «necesidades humanas» que ello implica.

Las discrepancias con ella fueron creciendo a medida que pasaba el tiempo hasta el punto en el que mi padre se vió forzado a tomar la decisión de volver al piso donde nos habíamos criado con nuestra madre: nuestra casa

Tales fueron las secuelas en José María que poco tiempo después intentó sin éxito quitarse la vida en una montaña. Ese fue un punto de inflexión del que salió adelante para, con el paso del tiempo, ser aún más nuestro hermano mayor. Le debo mucho a él, ya que, aunque no pudimos aprender muchas cosas de nuestra madre, los hermanos siempre estuvimos juntos —con él a la cabeza— para apoyarnos y superar las dificultades.

De Francisco Javier

Fue a comienzos de 2016 cuando conocí la idea de la publicación de este libro y cuando me vi en la «obligación» de poner de mi parte para que tal idea pasara a ser una realidad. En todo este tiempo, he intentado aportar todo lo que buenamente he podido ofreciendo sugerencias y correcciones a nivel gramatical y ortográfico.

Han sido muchas horas de búsqueda, reflexión y conversación (con risas de cuando en cuando) por querer ayudar al autor a expresar sus ideas de una mejor forma. Y todo esto bajo el desinterés que hay detrás de estos dieciséis años de amistad.

Complementando el prólogo anterior, una pregunta tan sencilla como impactante que me hizo José María una mañana de clase a los pocos días de regresar al lugar donde los ocho hermanos se criaron: —¿Sabes qué es despertarte un fin de semana, ver que es de día y que está lloviendo, y poder quedarte en la cama?