Capítulo 03: Mayo, 2015
May 01, 2015 - 1116 words - 6 mins Found a typo? Edit meAl tiempo
¿Hay algo más relativo que el tiempo? Un segundo, un minuto, una hora, un día, una pausa.
Aquel momento… Como nuestra primera vez en aquello que tanto soñábamos, como aquel reencuentro después de tanto tiempo, como aquel resultado que, con tanta satisfacción, vemos florecer fruto de nuestro esfuerzo.
¿Qué es el tiempo? Veo el tiempo como nuestro examinador. El determinante. El que enseña y corrige, aquel que nos involucra directamente en la vida. Podríamos verlo con frecuencia como enemigo o como embustero por su ausencia, pero prefiero verlo como regalo y como fruto de nuestra paciencia. No tendríamos por qué tenerlo y, sin embargo, ahí está, esperándonos.
A veces deseamos que, simplemente, pase. Seamos nosotros los que encaremos al tiempo. En su contra y a su favor. Aprendamos, adaptemos nuestra vela a su viento.
¿Cuánto tiempo nos llevará aprender a vivir? La respuesta es bien sencilla: toda una vida. Por eso no tengamos miedo de equivocarnos, de saborear cada pausa, cada momento, cada instante, cada recuerdo, cada palabra, cada segundo en el que seamos verdaderamente nosotros mismos; de luchar contra nuestro tiempo.
De la preocupación
Un nuevo día, una nueva reflexión. Para ella mis días, pero sobre todo mis noches.
De nuevo, cansado, ¿acaso no deberíamos? Debemos, por supuesto. A veces se avecinan tormentas o, al menos, eso es lo que creemos. Nos acostumbramos a anticiparnos a los problemas creyendo que ya están aquí y, sin darnos cuenta, nos vemos con ellos antes de tiempo sin que realmente existan aún. Es entonces cuando empieza el juego que no debería comenzar.
Anticiparse a la vida está bien, pero abusar de ello puede llevarnos al error, a una incorrecta interpretación de lo que está por venir porque, simplemente, de esto último nunca podremos estar absolutamente seguros. Debemos acercarnos, prepararnos para el porvenir, pero nunca poner la mano en el fuego por ello por el simple hecho de tener la certeza de que algo posible ocurrirá «inevitablemente». Menuda estupidez, ¡pueden ocurrir miles de situaciones hasta entonces! Eso sólo era algo posible, no lo olvidemos.
Las vueltas que dio y dará la vida. La cantidad de variables que rigen nuestro entorno. La cantidad de parámetros, posibilidades, oportunidades… ¡Estas cantidades sí que son incontables!
Existen y deben existir preocupaciones, por supuesto. Debemos aprender a tener responsabilidades y a preocuparnos por ellas. Por eso os digo: «¡No dejemos que unas ideas inexistentes nos arruinen ni un segundo!». Anticipémonos cuanto queramos, pero no nos dejemos llevar por nuestras emociones negativas, fruto de una preocupación por algo que aún no existe y que quizá ni llegue a existir. Ni un segundo malgastado en preocupaciones innecesarias. Suficiente tenemos ya con el trabajo que conlleva la vida, como para estar preocupándonos por situaciones o resultados posibles.
Levanta y enfréntate; puedes ir a por todas. No permitas que un día se vea dañado por una falsa y triste ilusión. No tengamos prisa cuando no sea necesaria. La paciencia es una de las virtudes con más sabor, con más sabores. No nos preocupemos. Sólo necesitamos darnos un pequeño tiempo de reflexión. Todo saldrá bien.
Cada camino distinto
Crea, disfruta, imagina, piensa, sueña y llora de felicidad si es preciso. Exprésate y sé tú. Aprende a ser; eso es lo más hermoso: cada camino distinto, improvisar en y con la vida.
¿Cuál es nuestra pasión? ¿A qué esperamos para hacer realidad nuestro día a día? ¿Hay algo más real que nosotros? No lo creo. ¿Cuántas alternativas tenemos?, ¿cuántas elecciones?, ¿cuántos caminos posibles? ¿Qué camino escogeremos para hoy? ¿Por qué te recordarán hoy? Hoy toca elegir. Salir y respirar todo lo que merecemos. Respirar como si no hubiera un mañana, disfrutar de cada aliento, de cada suspiro.
Cada camino distinto está ahí como si fuera el último. Esa es una de las máximas de nuestra vida: la capacidad de elección. Crear y disfrutar creando nuestro camino. Andando hacia el todo. Hasta donde haga falta. Sin detenernos en nuestra travesía. ¡No te pierdas nada!
Sueña y lucha por ello. Pensemos que el tiempo está en nuestra imaginación, como si se tratara de una ilusión… Esto es lo más hermoso. Escribir para uno mismo, escribir para nosotros. Estamos yendo a buen puerto, estoy seguro.
Estamos aquí para demostrarnos lo que valemos. Ese es nuestro mayor deber: superarnos. Creemos nuestro propio camino, algo único que nadie jamás hubiera podido imaginar. ¿Puedes sentirlo? ¡Eres tú!
A la muerte
Si murieras mañana, ¿qué harías hoy? ¿Y si nadie lo supiera más que tú? ¿Acudirías a alguien? ¿A quién acudirías? ¿Qué harías el último día de tu vida? ¿De verdad crees que podrías hacer algo significante? ¿Escribir? ¿Salir? ¿Pensar? ¿Dormir hasta que todo pase?
¿Y si el día de mañana nos encontráramos con un cáncer? ¿Cambiaría nuestra vida por completo? ¿Y si el día de mañana nos encontráramos sin madre? ¿Acaso no cambiaría igual?
Solo temo a aquello que se nos escapa de las manos, a aquello que no depende de nosotros. No deberíamos temer a la muerte en sí misma, sino al hecho de no haber vivido la vida que quisimos vivir. Temamos lo necesario. No vivamos con temor, pero no olvidemos tampoco que ella siempre está al acecho.
¿Qué hemos hecho en nuestra vida? ¿Por qué seremos recordados? ¿Seremos acaso recordados? Si muriéramos mañana, ¿crees realmente que hoy podríamos hacer algo significante? Estúpidos y necios si no hicimos nada en nuestra vida. Dejemos de lamentarnos por nuestra falta de voluntad, ¡salgamos y busquemos nuestra voluntad de poder! ¡Combatamos a la muerte si es preciso! Dejemos la necedad de una vez por todas, ¡dejemos de no creer en nosotros! Somos los únicos que podemos luchar contra nosotros mismos, ¡venzámonos! Tenemos todas las de ganar a nuestro favor, ¡no nos rindamos!
Vamos a ganar, para eso estamos aquí. Todo saldrá bien, como no puede ser de otra manera. Haremos una vida sublime para que lo que menos nos preocupe sea nuestro último día. Y para cuando llegue ese día —y estemos seguros de que llegará—, será el menor de nuestros problemas. Ese día no deberá importar nada comparado con todos nuestros anteriores. Ese día será, simplemente, el fin de nuestra grandísima etapa como superhombres, de todo lo que hemos sido. Más allá de la simple mortalidad. Más que una idea o concepto. Habremos sido nosotros. Y será entonces cuando seremos más felices porque habremos vivido.
Sintámonos orgullosos cuando, llegado el día, miremos atrás y veamos todo lo que hemos creado, pues no todo el mundo podrá decir lo mismo. Formemos parte de nuestra grandeza, de nosotros mismos y luchemos contra todo pronóstico por algún día llegar a ser superhombres.