Capítulo 18: Agosto, 2016

Vuelvo a ser yo

Soy yo el que os habla de nuevo, pues no querría dar por concluido este viaje lleno de aventuras que durante estos años me han acompañado, procurando recopilar en la medida de lo posible todos aquellos pensamientos que se han dejado atrapar, mientras que otros tantos no quisieron ser escritos por quién sabrá qué motivos…

Vuelvo a ser yo el que os escribe, os siente, os piensa. Aquél que escribe para sí mismo, así como para vosotros que me leéis.

Vuelvo a comer sano, a sentirme vivo así como a hacer deporte con frecuencia. A cuidarme y a preocuparme realmente por lo que hago. Vuelvo a procurar no perder la cabeza en tornados que tienden al desconcierto innecesario. Vuelvo a sentirme vivo y, con ello, a sentirme feliz conmigo mismo y con lo que hago.

Soy consciente de que la vida consiste y consistirá en altibajos constantes. A veces incluso aparentemente arbitrarios, donde la desorientación y las preocupaciones nos podrán nublar en quién sabe cuántas ocasiones consecutivas…, pero que ello no nos quite el aliento ni nuestro deseo de superación.

Ha sido un viaje repleto de incontables experiencias, donde las responsabilidades y los deberes nacían de tantos lugares y formas distintas, a veces incluso en intervalos tan breves de tiempo. ¿Quién podría haber estado preparado o advertido de tal situación? Simplemente asombroso.

Quisiera mejorar como quise hacerlo hace años atrás…, y creo haber encontrado la respuesta que tanto buscaba: es el aprendizaje continuo, sin más misterio, el que nos conducirá día tras día hacia nuestra superación. ¡Aprendizaje sobre nosotros mismos!

¿Qué somos? ¿Qué queremos ser? ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué estamos haciendo aquí? ¿Para qué todo esto? ¿Cuál es nuestro cometido o motivo? Todas estas preguntas tienen la misma respuesta. Una respuesta que podrá ser tan diferente como nosotros así lo queramos. La respuesta más breve y sencilla, así como la más compleja en sí misma: la respuesta eres tú.

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Con otros ojos

Bajo los ojos de aquella responsabilidad madura que nos enseña a ser quienes queremos ser realmente como si nosotros no supiéramos aún qué queremos para nosotros mismos. Desde aquella perspectiva que nos ayuda a desarrollar nuestros instintos más simples y primitivos, ligada a nuestro Yo más cuerdo y humano.

¿Qué podría ser nuestra superación sino la sincera evolución de la madurez en nuestras ideas? No será más que el replanteamiento de nuestros juicios y sensaciones, así como de nuestros conocimientos y percepciones. Aquello que nos permitirá mejorar directamente desde la raíz de nuestros proyectos e ilusiones, así como convicciones de todos aquellos conceptos de los que creemos no estar equivocados.

La madurez no puede ir sino ligada directamente al compromiso de nuestra responsabilidad y a la seriedad en nuestro deber. Con amor y con pasión… siempre.

Bien es cierto que con otros ojos nos corregimos y nos hablamos hoy en día, y que muy seguramente lo seguiremos haciendo de aquí a un mañana no tan lejano, pues hemos aprendido tantas cosas en estos años…

Con otros ojos mírome. Con otros ojos, simplemente, crecemos y queremos seguir creciendo hasta perder el aliento.

Por vosotros, por nosotros.