Capítulo 19: Septiembre, 2016
September 01, 2016 - 914 words - 5 mins Found a typo? Edit meSolo se vive una vez
Solo se vive una vez, o al menos hasta ahí es donde podemos leer. Todos tenemos problemas, en mayor o menor medida, en mayor o menor grado, de importancias tan relativas como los intereses e intenciones que pudieran tras los mismos esconderse.
Mentirnos sobre nuestros pensamientos o, simplemente, sobre aquello que nosotros creemos entender por realidad hará que ésta no sea más que un engaño desde y hacia nosotros.
Desde un punto objetivo, podríamos afirmar que existe una realidad única para todos en la cual todos convivimos y compartimos sus recursos y bienes. Sin embargo, si tenemos en cuenta el contexto desde el que formulamos la pregunta «¿Qué es la realidad sino nuestra ilusión de la percepción de la misma?», no nos atrevemos a afirmar que existe una única realidad para todos, sino, más bien, que todos formamos, a partir de nuestras individuales percepciones, una realidad aparentemente común.
El mayor mal que podríamos causar al mundo, a la realidad tangible y a todo aquello práctico, así como pragmático, es y será la falta de seriedad en nuestra honradez hacia nuestra persona. Aquello que nos empequeñece es la carencia de lo esencial para con nosotros: nuestra lealtad. Aquello que nos hace grandes frente al mundo es la sobredosis de sinceridad que con nosotros diariamente deberíamos practicar.
De dificultades estuvo, está y por supuesto estará llena la vida. Pero, en contraposición a las mismas, las actitudes juegan el papel de nuestras proyecciones, de nuestra realización profunda, de nuestra percepción de la objetividad.
¿Qué es nuestra preocupación existencial sino el tema tabú por excelencia por su ya conocida ausente respuesta? Deberemos ser nosotros los que actuemos en todo momento. Nuestro rol nunca estuvo escrito. Ser los protagonistas será sólo cuestión de predisposición a serlo. ¡Predisposición sincera, insisto!
A nuestra aparente realidad no deberíamos rogarle ni tan siquiera confiar más de lo que nuestros ojos pudieran ver; pues en la duda de la misma existencia residirá, para todo aquél que la busque, la respuesta.
Jóvenes e inocentes
Qué jóvenes e inocentes hemos sido, simplemente, al creer que podríamos evadir la madurez que en realidad nos rodea. La preocupación, justificada en nuestro compromiso, irá ligada a nuestra seriedad en nuestra profesión. Entender que el aprendizaje es y será siempre algo continuo y unido a nuestra responsable prudencia.
Tantos errores hemos cometido y seguiremos cometiendo… que solamente con una continua mejora conseguiremos sentirnos realizados, pues habrá siempre tanto que renovar…
Contamos con unos tiempos tan limitados que lo aburrido no debería tener cabida; vivir desanimados será, por tanto, no vivir.
Aprender que entendernos no es algo fácil; no será, tampoco y en absoluto, algo de un día para otro. Sólo en la búsqueda del entendimiento podremos aprender del mismo.
Hoy nos deberíamos leer con otros ojos. Ojos renovados en el día de hoy, apuntando al triunfo del mañana incierto.
Ha sido este, verdaderamente, un camino hacia nuestra comprensión donde hemos aprendido muchas cosas juntos, recordado otras tantas y soñadas otras cuantas. Pero, sin duda alguna, una experiencia que merece no ser olvidada, al menos para nuestro recuerdo.
Terminando para comenzar
Terminando para comenzar de nuevo. Sonrío. He procurado jugar con las palabras de tantas formas posibles. He intentado alcanzar el límite de sus posibles conexiones y son tantas… Me leo de nuevo y disfruto; me hace sentir vivo.
¿Sabéis acaso qué es que se os ponga la piel de gallina al pensar en vuestro presente? ¿En todo lo que tenéis por delante esperándoos?
Tengo unas ganas inmensas de volver a ver a mi familia, abrazarlos y sentirlos cerca. Pero no por ello estoy dispuesto a dejar pasar la oportunidad por la que he estado luchando todos estos años y los que me quedan.
Me motiva a seguir tantas cosas…, pero de entre todas ellas destaco el ver crecer a mis hermanos y disfrutar juntos de un presente repleto de sorpresas; no permitir que ninguno pueda sentirse jamás solo ni falto de un hermano mayor.
Son ya dos años en los que la madurez parece nunca terminar de alcanzarnos… aunque lo pudiera diariamente pretender. La brevedad del tiempo no es el verdadero problema, sino el uso que nosotros hacemos de él. Terminar sin terminar del todo, pudiendo comenzar de nuevo una y otra vez; a la muerte me refiero, pues aún estamos vivos.
Amar nuestra familia. Disfrutar, pero sobre todo aprovechar las oportunidades. Luchar por nuestra superación personal, por entendernos y no conformarnos con ser aquello que no queremos ser.
Como si fuera el último día de nuestras vidas. Seamos realmente nosotros.
El día de mañana
Vivir no es respirar un aire lleno de incertidumbres y desventuras.
Querer no es patalear o esconderse tras el falso refugio del derecho o la razón.
Crecer no es despertarnos día tras día sin ambiciones tanto a corto como a largo plazo.
Despertar no es abrir los ojos tras el sueño que podríamos preferir frente a nuestra presente realidad.
Aprender no es memorizar ni repetir sin entendimiento.
Luchar no es crecernos en un simulado aliento de superioridad frente a alguien que no sea nosotros.
Permitir no es acertado cuando no sea realmente merecido.
Dejar que la inseguridad nos juzgue no es equilibrio ni armonía.
Extrañar no es ausencia de dolor.
Vivir es tomarnos en serio el antes y el después de nuestros días. Querer crecer despertando para aprender a luchar nos permitirá dejar de extrañar vivir porque estaremos verdaderamente viviendo.